lunes, 13 de diciembre de 2010

educacion sexual en adolescentes


Educación sexual es un término usado para describir la educacion acerca del sexo, la sexualidad, el aparato reproductor femenino y masculino, la orientacion sexual, las relaciones sexuales, la planificacion familiar y el uso de anticonceptivos, el sexo seguro, la reproducción y más específicamente la reproducción humana, los derechos sexuales y otros aspectos de la sexualidad humana con el objetivo de alcanzar una satisfactoria salud sexual


De los 10-14 años
Las hormonas sexuales se activan en esta etapa, estas son las que determinaran los cambios físicos y psicológicos. Al principio el cuerpo sufre un crecimiento acelerado. Después surgen una serie de cambios de forma: a las chicas le crecen las caderas, los pechos, les sale vello en la pelvis y a los chicos: les cambia la voz, les crecen los genitales y les sale vello en el pubis.


Preadolescencia


En esta etapa se alcanza la madurez biológica, psicológica y social. En este periodo el preadolescente experimenta emociones contradictorias. Por una parte aún no ha abandonado su parte de niño, pero experimenta a su vez sensaciones propias de adulto.


Adolescencia



En la adolesencia la búsqueda de una identidad propia es la tarea central. Se crean conflictos e inseguridades. Los conflictos con los padres son numerosos, ya que suelen presionarle y empujarle a tomar decisiones según sus definiciones. Los jóvenes hacen duras críticas a la sociedad y a sus padres. Se crean amistades sólidas.
En este momento los jóvenes comienzan a establecer relaciones de pareja. Los padres deben establecer una serie normas de forma consensuada con sus hijos. A partir de ahí los jóvenes pueden tomar sus propias decisiones siempre que respeten los valores y normas de las personas.




domingo, 5 de diciembre de 2010

Mejoramiento Academico

Mejorar el rendimiento escolar es posible. Ante los problemas en los estudios de los alumnos, conviene saber que es necesario que los padres y madres reaccionen cuanto antes. Así se evitarán que se prolonguen a lo largo de toda la etapa escolar. Sino se atajan antes, las dificultades se manifestarán con toda su crudeza en la educación secundaria.



En este sentido es importante por tanto la constancia y tener en cuenta una serie defactores:
- No hay que dejarse llevar por el dramatismo de los malos resultados.
- No comparar a los niños y niñas con otros y menos en términos negativos, para no crearles inseguridad.
- No hacerles sentirse culpables y buscar alternativas de forma conjunta.
- Es necesario un equilibrio entre firmeza (autoridad) y tolerancia (comprensión).
- Debe existir un cumplimiento de un mínimo de normas y horarios que concilien la vida laboral y la escolar.
- Permitirles tomar decisiones para que sean responsables en función de su edad.
- Es trascendental un diálogo entre padres e hijos. Al igual que es primordial que en el centro escolar exista una comunicación entre padres y tutores con el conocimiento de los niñ@s para resolver los problemas conjuntamente.
A su vez, existen unas conductas que hacen posible el desarrollo de la motivacion:
Establecer metas alcanzables.
- Enseñarles a atribuir el éxito a su esfuerzo.
Reforzarles continua y positivamente por todos y cada uno de sus logros.
Proporcionarles modelos de conducta útiles para su vida diaria.
- Enseñarles técnicas de estudio personalizadas.
Que un niño o niña sea o no buen estudiante depende principalmente de él mismo, aunque en su rendimiento escolar también incidan otros factores personales, familiares, culturales, económicos, escolares y sociales.

domingo, 28 de noviembre de 2010

El bajo rendimiento escolar

Hay que confesarlo : madres y padres esperamos que nuestros hijos aprendan sin grandes dificultades , que sus resultados sean acordes a sus esfuerzos o mayores aun y que paulatinamente vayan adquiriendo responsabilidades entorno a sus tareas escolares. y esperamos, ademas, que este sea un proceso natural y exitoso. pero esto no siempre es así. en este articulo analizamos por que , aveces, nuestros hijos presentan bajo rendimiento escolar y cómo debemos actuar en esos casos.

Existen distintos tipos de razones que pueden interferir significativamente con el
aprendizaje de nuestros hijos:
* problemas propios de cada niño,
* situaciones del entorno familiar o
* particularidades del ámbito escolar.
Diferenciar estos factores no es fácil. Requiere una aguda observación de parte de los
padres y profesores y, algunas veces, es necesario además, la intervención de especialistas.

I CAUSAS DE UN BAJO RENDIMIENTO ESCOLAR
Existen múltiples problemas que pueden determinar el bajo rendimiento de los niños. Las más
frecuentes son:
1. problemas emocionales
2. problemas sensoriales
3. problemas específicos de aprendizaje
Ahora bien, cualquiera sea la causa, el niño necesitará apoyo psicopedagógico para
superar las dificultades. Es entonces cuando surge la pregunta inevitable:
* Cuándo intervenir
No hay que apresurarse y establecer un diagnóstico prematuro. Antes del segundo
semestre del segundo básico no se puede hablar de trastornos de aprendizaje. En el
proceso de aprendizaje es posible que veamos que nuestro hijo presenta escritura en
carro, hace cambios de letras, omite o agrega letras; quizás tenga dificultades de lectura,
problemas con el tamaño y la organización de la información escrita o haga números
invertidos. Estos son problemas propios del proceso de adquisición de la lectoescritura y
el cálculo: no debemos alarmarnos. En el segundo año básico ya es posible hacer un
diagnóstico más específico. Y es ahí cuando tenemos que estar muy atentos a los:

*Síntomas
Si notamos que, a pesar de su esfuerzo el rendimiento de nuestro hijo no mejora, estamos
ante los primeros indicios. Es importante entonces estar atentos a si nuestros hijos
presentan determinados síntomas, por ejemplo si:
*tarda más que la mayoría de los niños en hablar,
*presenta problemas de pronunciación,
* tiene vocabulario pobre,
* muestra dificultad para aprender colores, formas, números,
* presenta dificultades en la coordinación visomotora (dibujos pobres, mal realizados de
acuerdo con su edad),
* presenta dificultades de concentración y atención (por ejemplo, no termina las tareas),
* su atención es variable,
* no recuerda instrucciones,
* le cuesta organizar su actividad,
* actúa como si tuviese un "motor" interno que no para (caso de hiperactividad).
Muchas veces se trata de niños inteligentes, que no tienen problemas para captar la
información, pero que fallan en las áreas específicas de la lectura, la escritura o el cálculo. Por
eso, como siempre, nuestro grado de atención es fundamental a la hora de detectar el
problema.
II. QUÉ HACER. SUGERENCIAS GENERALES
En primerísimo lugar, claro, debemos observar. Como un cazador atento, nunca dejar de estar
alerta. Así podremos detectar rápidamente si nuestro hijo tiene algún tipo de problema que
afecta su rendimiento escolar. Para hacer más fácil la práctica, presentamos un punteo de los
síntomas generales. En los casos de bajo rendimiento escolar sucede que el niño:
* se esfuerza y no obtiene una mejoría,
* presenta angustia o rechazo hacia la tarea escolar,
* está perdido, en las clases,
* tiene "cuadernos en blanco", no tiene su material,
* no logra mantener la información relativamente ordenada,
* muestra sentimientos de incapacidad frente a las obligaciones.

Una vez que observamos que nuestro hijo presenta problemas de aprendizaje, debemos
intervenir. Algunas acciones que podemos emprender:
* definir el problema. (si son de tipo: sensorial, emocional, o más específicos de
aprendizaje);
* acompañar al niño en su estudio, observar cómo resuelve las dificultades y cuánto está
atendiendo;
* conversar con profesores y pedirles información;
* no enjuiciar; el rendimiento escolar es sobrevalorado en nuestra cultura, el bajo
rendimiento en un niño pequeño no determina su futuro;
* buscar ayuda psicológica y psicopedagógica para apoyar al niño en el desarrollo de sus
destrezas;
* reconocer las áreas en las que es competente y alentarlo, estimularlo: es importante
renovar la autoestima del pequeño;
* adecuar las expectativas a la realidad del niño sin dejar de estimular y sin presionar
exageradamente;
* buscar un establecimiento apropiado para sus necesidades;
y siempre que tengamos dudas consultar a especialistas.